Para sentirse feliz

Para sentirse feliz, necesita...

¿Estar casado...?
¿Tener mucho dinero...?
¿Pasear... bastante?
¿Tener amigos...?
¿Tener un grado...?
¿... Para ser admirado?
¿Coche del año...?
¿Tener el Smartphone...  de última generación?
¿Usar ropas más finas?
¿Tener un novio...?
¿Beber Coca-Cola...?

Si usted depende de estas cosas para ser feliz, qué será de usted si...

¿…Su matrimonio se termina?
¿…perder todo lo que tienes?
¿…Solo puede vivir de la casa al trabajo?
¿…No tiene ni un amigo?
¿…No pudiese terminar los estudios?
¿…Nadie le nota?
¿…Depender del transporte público?
¿…Sólo puede tener un teléfono celular básico?
¿…Sus ropas son lo más simple?
¿…Nadie quiere salir contigo?
¿…Coca-Cola ... va a la quiebra? (Ok, eso no sería una mala idea)

Por supuesto, las cosas buenas contribuyen a nuestra felicidad. Sin embargo, si condiciona su felicidad a algo sobre lo que usted no tiene el control total, entonces usted está entregando su felicidad aquel algo. ¿Es esto lo que quiere, confiar su felicidad a algo o alguien que no es confiable o garantizado?

Ser feliz es un estado de espíritu que viene de adentro hacia afuera. Si usted no es feliz por dentro, nada externo le hará realmente feliz. Es por eso que hay mendigos felices y multimillonarios miserables.

El día en que su felicidad dependa de su fe en Dios-el único que combina la inmutabilidad, la bondad y el poder, entonces estará listo para disfrutar de un matrimonio, dinero, amigos, y todas las otras cosas que vienen a conquistar. Pero sólo habrá mejoras en su vida, no la razón de su felicidad.

Obispo Renato Cardoso