¿QUÉ HARÍAS PARA QUE TUS SUEÑOS SEAN REALIZADOS?
Hoy en día nuestra sociedad nos desprecia como jóvenes y
como adolescentes ni nos toma en cuenta, sin saber que muchos adolescentes
tiene sueños a y deseos de realizarlos y llevarlos a cabo. Muchos aún con edad
de 11 a 14 años cargamos desde la infancia con un sueño, ya sea la
reconstrucción de nuestra familia, el cambio de un familiar querido, la cura de
una enfermedad, poder perdonar y dejar el pasado atrás, través tu sea esa
persona que está esperando la oportunidad para cambiar esa situación en la que
te encuentras, tienes que saber que esto es posible lo único que tienes que
hacer es escuchar la voz de Dios y ponerla en práctica, veamos el ejemplo
Abraham, él es considerado el padre de la fe, pues en un mundo donde todo lo
que estaba mal delante de los ojos de Dios y a los ojos de los hombres era
bueno, él no lo veía de esa forma, Abraham sabía que había algo más allá de sus
conocimientos, fue así que su fidelidad a su esposa aun estéril y teniendo las
condiciones de tomar las mujeres que él quisiera, y aún así permaneció fiel a
su esposa , Dios vio que él le sería fiel. Además de tener el sueño de un día
poder cargar a su hijo en brazos, pues si Abraham logro eso y mucho más, pero
le costó sacrificar su querer, su voluntad, sus deseos, hizo un sacrificio, el
confiaba tanto en Dios que cuando Dios le pidió su hijo en sacrificio, él no lo
pensó dos veces, pues confiaba en la promesa de aquel que lo saco de la casa de
su padre e hizo realidad su sueño mayor.
Si tu deseas así como Abraham conquistó su sueño, lo vio hecho realidad entonces
espera que muy pronto la oportunidad de darle a tu vida un giro de 360° está
cerca, si quieres saber más ven con nosotros y participa de nuestras reuniones
semanales todos los domingos a las 3 de la tarde en la Calle Ayacucho #316
Ser adolescente en la actualidad
Los
adolescentes de hoy son una generación mejor informada la tecnología avanzada
en la posmodernidad.
La adolescencia debe ser encarada normalmente, al igual que en otras fases de la vida: infancia, juventud, edad adulta y la vejez. En todas estas etapas, nos enfrentamos a los cambios con los que debemos adaptarnos. Debemos entenderla como un proceso normal de la persona hacia la madurez.
La palabra adolescente proviene del latín que significa crecer, desarrollarse.
Es un momento muy especial, decisivo, en el que debemos buscar la orientación de los padres y la dirección de Dios, porque aún no ha alcanzado buena parte de madurez.
La adolescencia es una de las etapas más brillantes de la vida. No podemos negar que también es un momento muy difícil, y por increíble que parezca, los adolescentes cristianos no están inmunes: a las malas amistades, galanteos, la voluntad de ser un adulto muy pronto, la curiosidad de la vida sexual... y por otro lado no ceder a esas presiones (que el mundo impone) por causa de Jesús, es que hará la diferencia entre los demás.
Ser un adolescente cristiano es hacer la diferencia en este mundo, porque además de estas crisis es necesario enfrentar un mundo marcado por la deshonestidad, la corrupción y muchos otros males, producido por el pecado, la injusticia y la lucha constante para no contaminarse. Y, sin embargo, luchar para transformarlo. Esa es la tarea de los adolescentes comprometidos con Jesús y su Reino.
La globalización de las tecnologías informales que promueven una multiculturalidad que intentan romper con los paradigmas de la fe cristiana es también un desafío constante. Uno debe darse cuenta de que, como cristiano, usted debe vivir en un sistema de valores morales y espirituales subordinados a la Palabra de Dios, a pesar de que puedan ser discriminados por sus colegas o por cualquier otra persona.
Es en esta etapa, que la mayoría decide convertirse en un verdadero hijo de Dios. Es la mejor etapa de la vida para afirmarse en los valores establecidos en la Sagrada Biblia afirmando una relación con Dios.
El adolescente quiere un significado en su vida, y buscan en Dios las respuestas a sus preguntas. No hay que olvidar que la vida del cristiano se rige por la idea de que él es de Cristo (1 Corintios 6:20).
La rebelión de algunos adolescentes acerca de la vida con Dios, a menudo se produce porque quieren que Él cumpla, en su tiempo, sus bendiciones en un corto espacio de tiempo. Olvidando que Dios tiene un propósito en sus vidas.
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento (Libro de Eclesiastés 11:9,10, y 12:1)
La adolescencia debe ser encarada normalmente, al igual que en otras fases de la vida: infancia, juventud, edad adulta y la vejez. En todas estas etapas, nos enfrentamos a los cambios con los que debemos adaptarnos. Debemos entenderla como un proceso normal de la persona hacia la madurez.
La palabra adolescente proviene del latín que significa crecer, desarrollarse.
Es un momento muy especial, decisivo, en el que debemos buscar la orientación de los padres y la dirección de Dios, porque aún no ha alcanzado buena parte de madurez.
La adolescencia es una de las etapas más brillantes de la vida. No podemos negar que también es un momento muy difícil, y por increíble que parezca, los adolescentes cristianos no están inmunes: a las malas amistades, galanteos, la voluntad de ser un adulto muy pronto, la curiosidad de la vida sexual... y por otro lado no ceder a esas presiones (que el mundo impone) por causa de Jesús, es que hará la diferencia entre los demás.
Ser un adolescente cristiano es hacer la diferencia en este mundo, porque además de estas crisis es necesario enfrentar un mundo marcado por la deshonestidad, la corrupción y muchos otros males, producido por el pecado, la injusticia y la lucha constante para no contaminarse. Y, sin embargo, luchar para transformarlo. Esa es la tarea de los adolescentes comprometidos con Jesús y su Reino.
La globalización de las tecnologías informales que promueven una multiculturalidad que intentan romper con los paradigmas de la fe cristiana es también un desafío constante. Uno debe darse cuenta de que, como cristiano, usted debe vivir en un sistema de valores morales y espirituales subordinados a la Palabra de Dios, a pesar de que puedan ser discriminados por sus colegas o por cualquier otra persona.
Es en esta etapa, que la mayoría decide convertirse en un verdadero hijo de Dios. Es la mejor etapa de la vida para afirmarse en los valores establecidos en la Sagrada Biblia afirmando una relación con Dios.
El adolescente quiere un significado en su vida, y buscan en Dios las respuestas a sus preguntas. No hay que olvidar que la vida del cristiano se rige por la idea de que él es de Cristo (1 Corintios 6:20).
La rebelión de algunos adolescentes acerca de la vida con Dios, a menudo se produce porque quieren que Él cumpla, en su tiempo, sus bendiciones en un corto espacio de tiempo. Olvidando que Dios tiene un propósito en sus vidas.
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento (Libro de Eclesiastés 11:9,10, y 12:1)

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